No luchamos con pistolas ni con espadas, sino con canciones
Coro de cámara Letvian voices
Hay ideas, pensamientos, acciones, que nunca materializas, no sabemos por qué, pero terminan en el cajón de cosas pendientes que nunca realizarás. No es el caso de este proyecto, que se ha hecho una realidad perceptible y detalla partes de una rutina diaria, que tiene que ver en cierta manera, con una reacción a la aparición de la Ley Mordaza.
Vivo desde hace 15 años en los alrededores del afamado barrio de San Francisco en Bilbao, área de diversidad cultural, espacio plural de la ciudad, y además lugar pobre, bastión de los alquileres baratos. En el camino de casa a mi estudio había detectado la presencia recurrente de un elemento especial, íntimo y a la vez común en la vida diaria: el colchón.
Por una parte, como espacio a intervenir, el colchón representa metafóricamente un “lugar para dormir”, el lugar donde el sistema intenta “adormecer” la sociedad. Por eso, tomo este objeto y lo intervengo como una consigna: por un lado “Despierta” y por el otro “Sueña” tus propios pensamientos e ilusiones y actúa, “toma parte en la lucha, en la acción”.
Por otra parte, el colchón desde el punto de vista legal representa un vacío en cuanto a consecuencias penales, por tanto el lugar ideal donde expresar disparos, dardos, zarpazos, gritos, vomitonas, heridas literarias… un soporte, una pared, un tablón de anuncios, un diario, un lienzo, un cúmulo de gemidos, un contenedor de lágrimas y fragancias pestilentes,etc… así lo veía yo. Un espacio a apropiar dentro del espacio público.
Cuando apareció el despropósito de Ley, pensé que no hacer nada era aceptar, someterse, claudicar… y comencé a relacionar ideas y a poner en marcha pasos a seguir para cazar aleatoriamente esos “soportes” y poder enviar mensajes ambiguos. Soy consciente que no duran mucho en la calle por lo tanto los fotografío, para tener una muestra documental de la acción efímera que cobra sentido o no, cuando descubres la serie fotográfica en su totalidad.
Los textos utilizados provienen de diferentes fuentes, en un primer momento me dejo influenciar de manera nostálgica por canciones de grupos que escuchaba durante mi adolescencia del llamado R.R.V. (Rock Radical Vasco) y otros grupos más actuales de cualquier clasificación. Después empiezo a buscar mis fuentes en la literatura, películas, series de televisión, expresiones populares y cotidianas, internet, redes sociales, en especial en instagram e incluso en conversaciones personales o expresiones sociales.
Influencia especial es la lectura de “King Mob, nosotros el partido del diablo”, donde se explica el movimiento situacionísta o dada que surgió a finales de los 60 en Inglaterra y que da pie a repensar estrategias para el arte, el cual yace preso de la dictadura del mercado, artistas, coleccionistas, modas… etc.
Así mismo al poner atención al libro Manual revisado del Boy Scout de William Burroughs, que durante mucho tiempo no fue publicado por las numerosas “propuestas” agresivas que incitan a la subversión y en definitiva a la desobediencia, me di cuenta que sin ser tan radical podría llegar a un público no especializado en arte, pero un público mas real, el cual no queda indiferente al leer semejantes sentencias, todos tienen una opinión, todos quieren opinar.
Anoto todo en pequeñas libretas y en el móvil, esto me sirve para recordar qué tatuar en cada momento y en cada colchón. La fórmula es: spray+frase+colchón+escribir+fotografiar
La ventaja de amputar, cut-up, o extraer frases de su contexto, es que habitualmente dejan de tener su sentido original y se magnifican al escribirse en un lugar tan poético como es el colchón, metáfora del sueño, del descanso, del amor, de la soledad. La ambigüedad que ofrece la frase elegida, posibilita múltiples lecturas, la página web es una posibilidad de ver estas intervenciones en el espacio público, ocupando otro espacio público como es Internet. Como complemento la web ofrece vínculos que hacen referencia al origen de la frase, a escritores, cineastas, artistas visuales,
compositores, teorías, conspiraciones, películas, documentales, juegos en red, ilustradores, músicos, pintores, hackers, hipótesis, símbolos, chamanes, físicos, químicos, matemáticos… etc.
El idioma usado es predominantemente castellano e inglés, aunque también he ido incorporando frases en euskera, frances, catalán, alemán e italiano. Nunca tuve la intención de llevarme el soporte, el colchón, ya que desde el principio tenía claro que lo importante era la “acción de calle” por lo que portaba aparatos diversos para poder fotografiarlo una vez acabado. La mayoría de las intervenciones han sido realizadas en Bilbao, aunque hay algunas en otros lugares que he visitado (Ibiza, Formentera, Lekeitio, Durango, Madrid, Hamburgo)
La elección del color fucsia flúor responde a la idea de definir una identidad, una firma, mi propia huella personal y que así se reconozca como parte de mi proyecto.
Streetfighter ha ido construyendo una red de conexiones con amigos y desconocidos que actualmente colaboran con el proyecto de manera desinteresada enviándo ubicaciones de colchones que encuentran abandonados. Actualmente varias personas colaboran pintando en Bizkaia (Maider Gelabert) y otra desde Málaga (Paula Vincenti) enviándome a posteriori el resultado.
“dEjAd qUe eL vIRus Se ProPAgUE” W. Burroughs
Hoy son más de 450 frases plasmadas durante los últimos 3 años. La ley fue el impulso para comenzar y después el proyecto ha evolucionado hacia otros territorios y otros intereses que han desembocado en la realización del actual proyecto mediante la presente web.
SOBRE HUELLAS EN UN COLCHÓN, TEXTOS Y ACCIÓN Laura García-Borreguero Gómez